León Rapdriguez plantea que la violencia en Colombia es una pregunta abierta y compleja que debe discutirse a fondo, y el rap se convierte en un medio esencial para expresar lo que se vive en los barrios y buscar caminos hacia la paz. Su experiencia como docente en colegios públicos, donde fue testigo del impacto de la guerra en niños y jóvenes, inspiró a ‘El Sueñista’ como herramienta pedagógica y de transformación social. El libro propone una visión integral de la violencia, rastreando sus raíces desde la conquista hasta los conflictos contemporáneos, y evidenciando sus múltiples formas como el patriarcado, la exclusión y la injusticia social.
1 – En “El Sueñista” plantea una pregunta central: ¿somos violentos por la naturaleza o por las circunstancias del poder? ¿Cuál fue el detonante personal o social que te llevó a explorar esta reflexión en un libro de rap?
¿Por qué somos violentos? Es una pregunta que me desvela, que no tiene una respuesta sencilla y que merece toda nuestra atención. Es como decir: “paremos todo” y que, como sociedad, nos sentemos a resolverla. Pero no es tan fácil: se necesita abrir muchos espacios, aprovechar las grietas y fisuras para poder hablar del tema. Ahí el rap se vuelve muy valioso, pues es una forma artística que permite expresar con mayor precisión lo que sentimos sobre la violencia y la paz. El rap es el lenguaje de los barrios populares, y ahí tiene que estar El Sueñista.
2 – Se busca escapar de la violencia escolar y empezar de cero, pero termina confrontando dilemas sobre la naturaleza humana. ¿En qué medida reflejas tu propia experiencia como rapero y profesor?»
Fui docente en colegios públicos durante siete años, y parte de lo que viví fueron episodios de mucha violencia en la vida de mis estudiantes. Sin duda, El Sueñista está inspirado en esa experiencia y busca ser una herramienta para que las escuelas se conviertan en lugares constructores de paz. Esto se ha transformado en un camino de vida, porque es muy doloroso ver a tantos niños y niñas instrumentalizados por la guerra, siendo combatientes, víctimas y quienes más sufren esta tragedia.
3 – El libro recuerda momentos cruciales de la historia reciente de Colombia. ¿Qué episodios escogiste y por qué consideras que son claves para entender la identidad de Colombia, identidad como país?
El libro propone que la violencia en Colombia empezó desde la llegada de los conquistadores a América, con raíces mucho más profundas en el tiempo, que marcaron lo ocurrido a inicios del siglo XX y en la historia reciente, después de los noventa. Recuerda episodios dolorosos como masacres, bombardeos, desplazamientos, asesinatos, entre otros. También busca visibilizar que la violencia tiene muchas formas: el patriarcado, la injusticia social, la exclusión. En este sentido, la obra ofrece una mirada integral sobre la violencia.
4 – “El Sueñista” mezcla literatura y rap, convirtiéndose en un cuento lírico con canciones integradas. ¿Cómo fue ese proceso creativo de fusionar dos lenguajes tan poderosos sin que uno opacara al otro?
El Sueñista es una especie de cuento musical rapero, toda una experiencia tanto para leer como para escuchar.
En la parte sonora cuenta con cuatro instrumentales, cada una con estilos únicos, influenciados por las músicas campesinas de los Andes, la marimba del Pacífico y el flamenco. Esto convierte la obra en un recorrido donde se siente el cambio de escenarios. Incluye numerosas grabaciones de voces y efectos sonoros que, al mezclarse, generan una experiencia inmersiva. Y el rap… ni hablar: contundencia, poesía, realidad pura y rimas cargadas de verdad.
5 – El proyecto incluye también un audiolibro con un diseño sonoro envolvente. ¿Qué aporta la experiencia auditiva que no puede transmitir la lectura en papel?
El audiolibro es toda una experiencia: es como cine sin imágenes. Cada acto de la obra (son cuatro en total) contiene entre 40 y 50 audios, todos cuidadosamente mezclados, planeados y espaciados. Creo que es una forma muy bien lograda de crear una obra que invita simplemente a deleitarse escuchándola.
